HIPERTROFIA, PARKOUR, CALISTENIA, EMPONDERAMIENTO Y ENGAÑOS PARA LLEGAR AL PODER –
protagonistas de la película “Aladdín”
Estudios Disney reversionó, esta vez como live-action, al cuento oriental Aladdin que ya fue utilizado muchas veces por la cinematografía mundial.
La historia, conocida por todos, ha sido modificada sutilmente para mantenerla vigente sin alejarla del clasisismo de los cuentos del Lejano Oriente donde un tramposo con poder es superado por alguien socialmente inferior.
A Aladdin su pobreza lo lleva a ser ladrón, a la Princesa Jasmine la presión a la que es sometida la induce a su emponderamiento como mujer, al Rey el no soltar su pasado le hace cometer errores en el presente.
Afortunadamente Aladdin encontrará la lámpara con el Genio que cumplirá sus deseos.
Se mantuvo el género musical con canciones de la versión animada y se agregaron algunas más para ser soporte de coreografías en las que los movimientos de danza tienen adicionada algo de calistenia ligth. También las huidas y persecusiones del ladrón son coreográficas con una notoria base de parkour, todo es tan ágil y vistoso que hace que la película sea entretenida a pesar de su duración.
Mena Massoud logra que Aladdín sea un ladrón simpático y funcional a la historia, mientras que Naomi Scott como la Princesa Jasmine transita con absoluta credibilidad diferentes estados de ánimo. Conforman una buena dupla cinematográfica.
Will Smith compone al Genio quitándole toda solemnidad con simpatía y desenvoltura pero con la suficiente cuota de magia para que el espectador crea que su cuerpo, más en volumen que hipertrofiado, entra en una lámpara.
La historia de Aladdin atrapa tanto en el siglo XXI como en el Siglo XVIII cuando la escuchó el escritor Antoine Galland y la incorporó a la versión francesa de Las mil y una noches.
Dirigida por Guy Ritchie es una buena película cuyo trailer está aquí.
