Pantalla Pinamar 2016 – “Techo y comida” película de España

CUANDO SE RESCATAN BANCOS Y SE ABANDONAN SERES HUMANOS   –

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Filmación de una escena de la película “Techo y comida” de Juan Miguel del Castillo, sobre el drama de los deshaucios en España.

Techo y comida, película participante de Pantalla Pinamar 2016, fue dirigida por Juan Miguel del Castillo, también autor del guión, no parece narrar una historia de ficción sino desarrollar un documental en el que se muestran las terribles situaciones por las que pasan las personas que son abandonadas por un sistema social que le da más importancia a la especulación financiera que a la vida humana.
Si bien la historia transcurre en España y en la época actual, la misma puede transcurrir en cualquier lugar y en la Argentina muchas personas han vivido situaciones parecidas a las que se ven en las escenas de esta película.

Madre soltera

La trama cuenta las vicisitudes de Rocío, una joven madre soltera, que se ha quedado sin trabajo y realiza labores pasajeras con las que apenas puede mantener a su hijo de ocho años pero le resulta imposible pagar el alquiler.
El dueño de la vivienda solicita el desahucio porque necesita el dinero ya que soporta una asfixiante situación económica y tiene que ayudar a su hijo que también se ha quedado sin trabajo.
La muchacha no recibe ayuda social y acceder a algún tipo de subsidio no le resulta fácil. El riesgo de perder la tutela de su hijo está latente. María, una vecina, es la única persona que se apiada de ella y trata de ayudarla en la modesta medida que puede.
En días de angustia, noches de insomnio, puertas que se cierran, otras puertas que nunca se abren transcurre la vida de la joven madre que tan sólo ambiciona tener techo y comida para su hijo.

El elenco de Techo y comida

La actriz Natalia de Molina en el rol protagónico de Rocío, muestra solvencia profesional y con esta labor logró el Premio a la Mejor Actriz en el Festival de Málaga 2015. Mariana Cordero en el personaje de la vecina María compone su papel con total seguridad y mesura. Y el niño actor Jaime López logra componer a Adrián, el hijo de la protagonista con soltura, economía de gestos y exactas reacciones.
Juan Miguel del Castillo a cargo también del montaje entrega una película ágil, sin golpes bajos y con un mensaje contundente en el final del filme.
CARLOS HERRERA

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