El cineasta Gonzalo Calzada utilizó todos los elementos del género gótico en Resurrección, su tercera película, para desarrollar una historia dramática que, fiel al género, oscila constantemente entre lo real, lo irreal, lo fantástico y lo onírico.
Calzada escribió el guión de Resurrección y la novela del mismo nombre con una historia gótica a la que le agregó el misterio, lo que hace que por momentos el género quede un poco desvirtuado, sobre todo en la primera parte del filme en la que el espectador comienza a interesarse por la trama.
La fiebre amarilla en Buenos Aires
El soporte argumental de la historia es la epidemia de fiebre amarilla que en 1871 asoló a la ciudad de Buenos Aires y provocó la huída hacia el norte de la clase aristocrática que hasta ese entonces se afincaba en San Telmo.
Aparicio, un cura muy joven perteneciente a esa clase social viaja hacia la ciudad para ayudar a los enfermos pero antes se detiene en su mansión ancestral para descubrir que hasta allí ha llegado la epidemia.
Su hermano, su cuñada, su sobrina y un criado lo sumergirán en una vorágine de sucesos de los que poder desentrañar lo que es real de lo que no lo es, le resultará tan difícil como al espectador.
El elenco para Resurrección
Martín Slipak protagoniza como Aparicio; un personaje que le exigió la intensa tarea de pasar todo el tiempo de un estado de ánimo límite a otro sin meseta emocional. Quizá en este último punto hay que tener en cuenta, desde la crítica, que las escenas no se filmaron cronológicamente lo que siempre agrega una dificultad más al actor cinematográfico.
Patricio Contreras como el criado Quispe atrapa al espectador desde la primera escena en la que aparece. Su trabajo es medido y sin estereotipos.
Ana Fontán, como Lucía, encuentra en esta película un personaje que seguramente será una bisagra en su carrera y al que desarrolla con solvencia y seguridad.
Lola Ahuma es Remedios, una niña que ya es una gran actriz le imprime a su personaje todo el halo de misterio que el mismo necesita.
También son buenos el trabajo de Adrián Navarro y la composición que realiza Vando Villamil.
Terror en Buenos Aires
Resurrección no puede clasificarse entre las películas de terror aunque algunas de sus escenas retrotraen al espectador a filmes emblemáticos de ese género. Su trama y desarrollo impacta más por la repulsión de la sangre que salpica, el misterio de una mansión que es la locación perfecta para la historia, una excelente fotografía y un minucioso trabajo de arte.
Con esta película el cine argentino parece estar inclinándose para ofrecer al público filmes de género que aunque el dinero no alcance… tienen buena factura.
Carlos Herrera