BAFICI 2015 y la censura – Un inesperado preestreno

LA CENSURA EN LA ACTIVIDAD CINEMATOGRÁFICA ARGENTINA EN UN DOCUMENTAL CON HUMOR –

La calle Lavalle de Buenos Aires, "la calle de los cines" durante la década de los años ´60.
La calle Lavalle de Buenos Aires, “la calle de los cines” durante la década de los años ´60.

Santiago Calori aborda el tema de la censura que sufrieron los cineastas y distribuidores argentinos y comienza por mostrar lo que era la actividad de los cines con fotografías de las numerosas salas que estaban ubicados en la calle Lavalle y la multitud de espectadores que invadían las cuatro cuadras de esa arteria que van desde Florida a Carlos Pellegrini al comienzo o al término de las proyecciones hasta la década de los ’60.
La película marca el comienzo de la censura en 1966 cuando el Gral. Onganía asume el poder de facto y continúa hasta 1983 cuando se restaura la democracia luego de los numerosos golpes de estado militares que afectaron a la política argentina.
Fue una época oscura para el cine pero Santiago Calori prefirió ponerle humor a su relato, una forma de demostrar lo ridículo que fue el accionar de los censores Ramiro De la Fuente y Paulino Tato al decidir lo que podían ver los argentinos.
En el filme hay muchos testimonios valiosos como los de Bernardo Zupnik, Fernando Martín Peña, Fabio Manes, Daniel Meleros, Bobby Flores, Alejandro Sammaritano, Ricardo Rois, Pascual Condito y Martín Feldman.
Ellos cuentan sobre la particular creatividad que debieron desarrollar los directores y guionistas para no autocensurarse y los distribuidores para evitar cortes de las películas que pretendían proyectar o la directa prohibición de las mismas.
Santiago Calori no le resta la gravedad a los perjuicios que la censura le ocasiona al arte y Un inesperado preestreno está evidentemente en la nueva línea de los documentales argentinos en los que los directores testimonian pero al mismo tiempo entretienen al espectador, porque en definitiva el mensaje llega mucho mejor cuando se tiene a la platea pendiente de lo que ve en la pantalla.
La censura no es cosa buena eso queda claro para el espectador que a lo largo de la proyección sólo deja de reir para… sonreir.
Quizá de manera traviesa, o no, casi sobre el final de la película el director toca el tema de los títulos con los que se rebautizaron a algunas películas para hacerlas comercialmente atractivas y cuando se habla sobre el policial “Julie Darling” que en la Argentina fuera retitulado como “Déjala morir adentro”, más de un espectador se lleva una gran sorpresa.
Un inesperado estreno es una acertada elección de los programadores de Bafici 2015.
Carlos Herrera

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